CONCHITA

Diario Espiritual de una
Madre de Familia

Trinidad y misterio Cristiano

El misterio de la Trinidad es el misterio fundamental del cristianismo, el alma del Evangelio, la substancia del Nuevo Testamento. Misterio primordial, raíz y cumbre de todos los misterios cristianos.

Conchita contempla a la luz de la Trinidad todos los misterios de la fe en su maravillosa conexión y admirable armonía.

La Trinidad es el misterio de un Dios que es Amor.

El misterio de Dios

Dios es Amor es por esencia donación, comunicación "dentro de Sí mismo". Es el misterio de la vida íntima de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

"Dios no podía ser singular, aunque lo es, y Unico, no podía, digo, quedarse en una sola Persona divina, por razón de ser Dios, es decir, infinito y no limitado. En virtud de su potencia infinita, en orden a su caridad, tuvo que comunicarse con todas sus perfecciones y por ser tal y tan intenso e infinito su amor, no puede caber, diré en toda una Persona divina también infinita, en el Padre mismo y necesitó producir al Verbo y como si creciera esta potencia de Amor en las dos Personas divinas, tuvo que personificarse el Amor mismo en el Espíritu Santo, produciéndose ese Ser de Caridad, ese Fuego del mismo Fuego devorador entre el Padre y el Hijo, formando el lazo de unión que los recrea, que los deleita, que los complace, que los unifica y refleja en toda la plenitud de sus perfecciones.

"Todas las tres Personas Divinas se comunican sus atributos y perfecciones que son los mismos, formando la Unidad que es Dios y con esta palabra Dios, se dice todo" (Diario T. 38, p. 149-151, abril 22, 1913).

Creación - Alianza

Dios Amor es donación y comunicación gratuita "fuera de sí mismo". Es el misterio de la creación y de la participación de su vida divina a las criaturas.

"También de esa potencia fecunda e infinita de Dios que hace reflejarse y unirse entre sí a las Personas divinas, en aquellos efluvios eternos de amor, también de esa Eterna Caridad se deriva su amor al hombre y haberle dado su Verbo para salvarlo.

"Como que no le bastaba a Dios vaciarse, diré, dentro de sí mismo, como que no quería ser feliz sin el hombre, en razón a que llevaba éste impresa la imagen divina, esto lo arrastraba poderosamente desde ab aeterno, porque la creación, la redención, todo era presente para Él en su entendimiento. Su mismo ser de caridad fecundísima, lo impelió a buscar en donde más derramar su amor para ser amado. Por esto creó el cielo y la tierra y millones de ángeles y siempre está difundiendo y dándose sin mermarse.

"Decía que derrama su amor para ser amado; y esta es una propiedad del amor, el hacer amar, el de atraer al objeto en el que se produce ese amor" (Diario T. 38. p. 105-167, abril 24,1913).

Encarnación redentora

Dios Amor vuelve a crear el universo destruido por el pecado enviando a su Hijo. Es el misterio del Verbo Encarnado y Redentor" concebido por el Espíritu Santo y nacido de María".

"Y el Verbo se hizo carne, ¿Y para qué?

"Para unificar con Dios a la humanidad culpable, purificando su carne en Él mismo al hacerse hombre, y lavar a las almas con su mérito y con su Sangre.

"Este fue el fin de la encarnación del Verbo, el fin de la redención, y de toda la vida de ejemplos y humillaciones: el unir la tierra con el cielo.

"Esto prediqué siempre, la ley del amor; y todos los actos de mi vida hasta mi muerte en la cruz, tendieron a la unificación de las almas en Dios.

"Siempre a mi paso por la tierra relacionaba mis potencias y mis enseñanzas con el Padre y con el Espíritu Santo en quien unificado vivía. Nada hacía independiente de ellos, todo el Antiguo y el Nuevo Testamento tendieron a hacer de todas las almas una en la caridad y unificación con Dios" (Diario T. 38, p. 179-181, abril 26, 1913).

"¿No comprendes algo del amor de Dios al hombre, de la locura de amor del Verbo al encarnarse en María para tomar tu sangre, para asemejarse a ti, para lavar tus pecados, para servir de Mediador y llevarte al cielo?

"¿Entiendes ahora más la sublimidad de ese amor que irradiando en la creación se consumó en la redención, en la Eucaristía y en la unión de cada alma por el Espíritu Santo, con la esplendidez de un Dios?

"¿Comprendes algo de la grandeza del sacrificio de la Cruz y el infinito ardor de mi Corazón al enseñarlo al mundo en estos últimos tiempos clavado en ella?

"¿Ves ahora el valor de las almas y lo que me cuesta cada una, y el imán que atrajo del cielo a la tierra a todo un Dios a hacerse hombre, sólo por llevar en sí misma la imagen de la Trinidad?

"¿Ves a un Dios satisfaciendo la ofensa del mismo Dios con cuerpo humano para poder padecer y expiar el crimen del pecado y poder borrar el decreto de condenación con el sacrificio, con la Sangre en la Cruz?

"¿Ves claro ahora el plan de Dios, campeando siempre su infinito amor y toda esta serie de bondades realizadas en favor del mundo ingrato, sólo por atraerlo a la unidad?" (Diario T. 38, p. 178-179, mayo 4, 1913).

"La Redención fue misterio del amor más puro, de la condescendencia más tierna y amorosa, de una explosión eterna de amor entre el Hijo anhelándola y entre el Padre condescendiendo, interviniendo en ello en su principio, en su medio y en su fin altísimo el Espíritu Santo, todo amor y sólo amor" (Diario T. 61, p. 276, agosto 19, 1934).

"El Verbo se ofreció inmaculado al Padre porque quiso su caridad expiar los pecados de una carne que quería purificar y salvar para premiar y eternamente remunerar.

"¿No contemplas la elevación del hombre y sólo debido al contacto del Verbo de Dios con la carne humana, abajamiento incomparable e incomprensible, aún en la pureza de un seno inmaculado de mujer?

"Se hizo carne para que la carne se endiosara con Él, se elevara con Él, se purificara en Él. Se abajó, se anonadó hasta el hombre para que el hombre se hiciera, en cierto sentido, Dios, consumiéndose en su Unidad" (Diario T. 52, p. 150.152, junio 24, 1928).

María en el designio de amor de Ia Trinidad

"María fue la criatura indispensable a la Trinidad para realizar sus planes; y en esa lnmaculada Virgen vinculó secretos y misterios para la realización de sus ideales respecto de la humanidad perdida.

"Ella correspondió desde el primer instante de su ser, creciendo siempre en gracia, poseída por la Trinidad. Y llegó la Encarnación y fue Madre Virgen por medio del Espíritu Santo, con la fecundación purísima del Padre, y llenó su papel de Madre con la perfección más grande que la de todas las madres, identificándose con su Hijo divino. Ni un solo pensamiento, ni un solo deseo tuvo María que no fuera enderezado a ejecutar la voluntad del Padre en Mi. Y aún en los actos naturales de una madre para con su hijo fue María sobrenatural y perfecta porque sabía muy bien que su Hijo era Dios.

"Y Ella al pie de la Cruz vio nacer a mi Iglesia y aceptó en Juan a todos los sacerdotes en su Corazón en lugar Mío y además a la humanidad entera como su Madre.

"Y Ella, con sus martirios de Soledad compró en unión e mis méritos todas las gracias para sus nuevos hijos que tenían que pasar por el Corazón de mi Madre.

"Y ¿por qué? Porque Ella fue la Corredentora, la primera que continuó mi Pasión en la tierra, la que fundó con mis Apóstoles la lglesia, la Protectora y Madre de los Sacerdotes, la Reina de todos los santos.

"María es la que más conoce, la que más se ha acercado a la contemplación de esa Trinidad Santísima por la afinidad y parentesco que la liga con las tres Divinas Personas. Ella se goza y tiene sus delicias en esa unidad de esencia y simplicidad de substancia, porque a Ella más que a ninguna criatura creada le llegan tan luminosas y profundas esas claridades divinas que penetran y que la envuelven. Nadie ha entrado al santuario de la Divinidad como Ella y contemplado los ideales divinos de la Trinidad, en su Iglesia y en sus sacerdotes.

"Por eso María, Hija, Madre y Esposa de la Trinidad es directamente encargada de armonizar esa Iglesia, unificando a los sacerdotes y consumiéndolos en la Unidad de la Trinidad" (Diario T. 51, p. 307-314, abril 7, 1928).

La lglesia del Amor

Dios Amor envía a su Espíritu Santificador para que sea Alma de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo "pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu".

"El Espíritu Santo es mi promesa, la impetración mía al Padre en favor de mi Iglesia y de la humanidad entera, la Condescendencia del Padre, es decir, del Amor, dando al Amor mismo.

"Es el Espíritu Santo para el hombre el fruto de mi oración, de mi ardiente plegaria; es decir, el grito inefable del amor de mi Corazón de Dios-hombre, la mayor de mis ternuras en favor del mundo.

"Sin el Espíritu Santo no podría existir la Iglesia, pero como eternamente estaba concebida y realizada en la mente de la Trinidad, eternamente también ya el Espíritu Santo era el señalado por el Padre para regirla.

"¿Qué haría la Iglesia sin el Espíritu Santo? No existiría; pero el infinito amor de Dios para con el hombre ya cernía sobre el mundo de las almas ese Espíritu vivificador y transformador.

"Si mi Padre engendró en su Seno a la lglesia amada, el Espíritu Santo, tomando en Mí a lo que era suyo, formó y asentó la Iglesia en la tierra sobre las bases redentoras. Por eso la Iglesia es amor, y sus leyes y todas sus enseñanzas son de amor, de puro amor.

"Vino el Espíritu Santo no por un día, no por un tiempo fijo, no sólo por siglos y más siglos, sino para quedarse en la lglesia eternamente" (Diario T. 52 - 213 - 226, agosto 29, 1928).


 

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